A la hora de realizar compras online no dudamos en comparar en productos, y nos encontramos con situaciones bastante curiosas, pues no son pocos los consumidores que van a las tiendas físicas para comparar los productos que ven internet, se los prueban y incluso estando en la misma tienda física se deciden a comprarlos por Internet.
Y ya sea por el precio, porque la logística ha permitido recibir pedidos con una rapidez asombrosa, o porque cada vez es más común encontrar a personas que son felices recibiendo en casa paquetes, pero las compras online son imparables al igual que otros servicios. En cuanto a los servicios, también hemos avanzado mucho, de esta manera encontramos como hemos transformado la sociedad entorno a los servicios online.
Pero sin duda uno de los elementos que Internet nos ha dado es la capacidad de la información, que para muchas personas puede ser un arma. Lo que se nos ha ido de las manos es la manera en la que tratamos la información, llegando en algunos casos a pecar de hipocondriacos en lo que respecta a la salud.
La salud siempre ha sido un tema controvertido, y la manera en la que hemos tratado los diagnósticos ha sido siempre cuestionada. Es verdad que en lo que se refiere a la medicina hay poco que hacer pues los únicos expertos que pueden darnos una opinión acertada son los médicos.
En el último mes escuché dos historias que me han hecho llegar a esta conclusión. La primera es la de un familiar con llagas en la boca, al que durante una excursión un amigo le comentó que fácilmente tenía un papiloma. Actuó sin tener ningún criterio médico infundiendo miedo. La otra historia es la de una de mis mejores amigas de la carrera, que pasó por un cáncer de mama y investigó tanto en Internet que fue capaz de sorprender al médico con los conocimientos que aprendió.
Conectando esto con lo dicho hasta ahora, vemos cómo Internet ha supuesto una puerta de entrada para todas aquellas personas que no se encuentran a gusto con su cuerpo, y que desean hacerse operaciones de cirugía estética. Esto les lleva en muchas ocasiones a contactar con personas que hacen operaciones de cirugía estética sin tener capacidad para ello. Y esto es algo que no sucede en las clínicas con cirujanos especializados y un equipo profesional con experiencia. Artestética, clínica especializada en Albacete, recomienda acudir solo a clínicas establecidas y homologadas y ante la más mínima duda sobre el cirujano solicitar su número de colegiado para corroborar su formación.
Además, vamos a abrir un tema importante relativo a los subsidios por operaciones de cirugía voluntaria.
Cómo la jurisprudencia está redefiniendo los subsidios
Tal y como comentan en Cinco Días, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco así lo ha manifestado en una sentencia en la que resolvía el caso de una mujer que decidió someterse a una intervención de colocación de implantes dentales, tras la cual tuvo que ser atendida en su ambulatorio, donde le prescribieron un tratamiento con antibiótico y antiinflamatorio y le dieron la baja por enfermedad común. Con todo ello, la trabajadora solicitó percibir la prestación económica por incapacidad temporal, pero la Mutualidad se la negó.
Y es como ya ha determinado el Tribunal Supremo a este respecto, la cirugía puramente estética, está excluida del sistema de la sanidad pública, tanto a los efectos de poder ser objeto atención sanitaria por parte de la Seguridad Social, como para poder obtener el reconocimiento del derecho a obtener un subsidio que cubra el defecto de ingresos producido por la baja temporal en el trabajo. No obstante, el Alto tribunal admite una serie de excepciones a esta regla general como son la aparición de complicaciones o patologías que aparezcan como efectos secundarios de la intervención de cirugía estética, o supuestos en la incapacidad temporal derivada tenga una especial importancia en relación con la profesión del trabajador.
Por todo ello, finalmente el tribunal vasco ha dado la razón a la empleada a la que ha reconocido su derecho a la prestación de incapacidad temporal, aunque lo limita a la fecha en que aparecieron los efectos secundarios manifestados con la inflamación, esto es, dos días después de la intervención de los implantes dentales.