El modelismo es una afición que experimenta una popularidad creciente en España, asociada a un público fiel que no duda en realizar importantes inversiones con tal de satisfacer su entusiasmo por las maquetas y figurillas de temática ferroviaria, naval, aeronáutica, automovilística, etcétera. Si bien la mayoría de estas variantes suelen comportar un trabajo personal, en el que el usuario se encarga de fabricar él mismo los modelos a escala, también destacan plataformas de venta especializadas como Racing modelismo, que ofrece un sinfín de maquetas de coches, con un catálogo repleto de automóviles de todas las marcas, modelos y variedades, desde automóviles de Fórmula 1 hasta coches clásicos, pasando por automóviles de películas, siempre a escala 1:18 y 1:43, además de complementos asociados como vitrinas, expositores, figuras y dioramas y merchandising oficial.
Se trata de una de las webs más completas en cuanto a modelismo estático, y cuenta con las primeras marcas del mercado, lo que sirve como garantía acerca de su conocimiento del terreno donde operan, de su respeto por el cliente y de su compromiso con la calidad del producto. Entre sus modelos, segmentados en las categorías Fórmula 1, Coches de serie, Le Mans, DTM, Motociclismo y Varios, el aficionado al automodelismo puede encontrar delicias como el ASTON MARTIN DB4 GT Zagato, un coche mítico que disputó la prestigiosa carrera de Le Mans en el año 1961 y que ahora puede descansar sobre un expositor en su sala de estar a escala 1:18, cortesía del fabricante CMC. El detallismo y el cuidado superlativo de su acabado, que reproduce la decoración original y los dorsales de carrera lucidos por el lujoso auto inglés, justifican los 349,95 euros de su coste. Por otro lado, también es posible dejarse llevar por la nostalgia y apostar por un clásico inmortal como el VOLKSWAGEN BEETLE 1200 de 1984, conocido popularmente como el ‘Sunny Bug’ (‘escarabajo del sol): una edición especial del escarabajo que se caracterizaba por la llamativa pintura amarilla de su chapa y que ofrece en esta ocasión la reputada casa Schuco a escala 1:43 por apenas 34,95 euros de precio. Por su parte, para los cinéfilos de la casa, los distintos modelos inspirados en los coches de la saga del superespía británico James Bond se antojan como el regalo ideal de cumpleaños. Además pueden decantarse por uno u otro modelo, en función de su preferencia por alguno de los actores en particular que encarnase al legendario agente 007, ya que entre los automóviles a su disposición en el portal de Racing modelismo se encuentran el LOTUS SPIRIT TURBO aparecido en la película Solo para sus ojos, de 1981, cuando la licencia para matar la portaba el pelirrojo Roger Moore; el ASTON MARTIN VANQUISH de Muere otro día, estrenada en 2002 y con Pierce Brosnan cediendo rostro al agente al servicio de su majestad, o el ostentoso ASTON MARTIN DB5 bañado en oro de Casino Royale, la primera cinta de la serie en ser protagonizada por Daniel Craig, aún en el cargo. Además, el paso del tiempo también parece haber actualizado el precio de cada uno de los modelos, puesto que alcanzan los 19,95 euros, 27,96 euros y 42,56 euros respectivamente, todos ellos reproducidos a escala 1:43.
No obstante, el automodelismo posee asimismo otra vertiente en el que el placer se encuentra en conducir la maqueta del coche, y no solo en observar su belleza. En este campo, las opciones a la hora de comprar modelos se bifurcan en dos vías, cada una dueña de sus ventajas y de sus inconvenientes. Por un lado, están los coches accionados mediante electricidad y los coches denominados ‘de gasolina’, denominación popular que se refiere el empleo de un motor de combustión interna, con una mezcla de nitrometano, metanol y aceite como combustible más común –en algunos modelos de mayor escala, éste puede ser incluso gasolina sin plomo combinada con aceite-. En primer lugar, las ventajas del coche eléctrico son que, habiendo alcanzado un nivel de prestaciones similares a los motores de gasolina gracias a los avances de la tecnología y a la reducción de su precio de mercado, también requieren un mantenimiento posterior al uso. Se trata de motores con gran capacidad de aceleración pero que asimismo son muy sencillos de usar, perfectos para usuarios que se inicien en los coches de radiocontrol o para niños, puesto que para que funcione tan solo precisa cargar las pilas, sin mayor necesidad de conocimiento tecnológico por parte del piloto, y resulta más complicado hacer que se calen. Además, al igual que sucede con los automóviles eléctricos que cada vez aparecen en mayor número en las calles de las ciudades, los coches de radiocontrol con motor a electricidad apenas generan ruido, sobre todo en comparación con los escandalosos modelos de gasolina. No obstante, hay quien sitúa esta última característica en la columna del debe, acusándola de restarle emoción a las carreras por el asfalto. En cambio, con mayor unanimidad de criterio, cabe achacar a los motores eléctricos que la duración de sus baterías puede producir frustrantes parones en la conducción dadas sus limitaciones de tiempo.
La duración es, precisamente, uno de los factores en los que los motores de gasolina se erigen como la opción preferida entre los aficionados al automodelismo. Y es que con una garrafa de cinco litros de combustible se pueden disfrutar de varias horas ininterrumpidas de carrera, aliñadas con ese ruido tan característico de la mecánica y ese inconfundible olor a combustible quemado, lleno de recuerdos y emociones. La velocidad es la otra gran ventaja de la gasolina, que incluso se ve favorecida por la fuerza centrífuga en las rectas y esprines finales, de gran espectacularidad y belleza. En cualquier caso, se trata de motores destinados a expertos del automodelismo, puesto que implican tener conocimientos de carburación, son sensibles a los cambios de temperatura y las condiciones atmosféricas, generan más residuo, suciedad y contaminación que conviene tener a raya para conseguir un rendimiento óptimo e incluso pueden generar quemaduras a causa de la elevada temperatura que alcanzan después de rodar un rato. De acuerdo con estas condiciones, estos motores de gasolina también corren mayor riesgo de calarse en carrera y poseen un sistema de embrague que puede crear dificultades al usuario a la hora de poner a punto o mantener el motor como es debido.