Hace ya bastante tiempo que descubrí los perfumes de equivalencia. No es algo nuevo, al menos no para mí, pero de un tiempo a esta parte están pegando bastante fuerte. Hace unos años, lo recuerdo perfectamente, solía usar el perfume “One” de Calvin Klein que rondaba los 50 euros la botella, y no era especialmente grande la verdad.
Después, cuando me cansé de esta fragancia, me pasé a “Amour Amour” de Caharel y, muy de vez en cuando, a “Anais Anais” (a cual más cara). Para ahorrar un poco, me pasé a las colonias frescas pero, a pesar que para un día de verano en el que sales a tomar un helado están muy bien, cuando lo que pretendes es que el olor dure un poco no son tan buenas y debes recurrir, de nuevo, a los perfumes.
Cansada ya de gastar un dineral en perfumería empecé a probar perfumes de equivalencia de diferentes marcas y el que más me gustó fue el de Saphir. Esta marca clava los perfumes a precios realmente asequibles pero tenía un pequeño fallo: cuando empecé a comprar todo por Internet dejé de tener acceso a estos perfumes y tuve que empezar a buscar de nuevo.
Mi nueva marca por excelencia
Hoy, por fin, os traigo la marca de perfumes de equivalencia que vende en Internet y cuya calidad y fragancias, después de probarlas, me ha dejado más que satisfecha. Se trata de Esennssi.com, una marca que no sólo crea perfume de equivalencia sino que fabrica perfume de equivalencia de alta calidad. En otras palabras, que nada tienen que envidiar sus productos a los de otras marcas más conocidas.
Actualmente prácticamente todas las marcas de perfumería, blancas o no, son accesibles por Internet pero Esenssi fue una de las primeras en hacerse un hueco en la red y eso se nota, tanto en los servicios como en el envío.
Actualmente prácticamente la totalidad de las marcas de perfumes de equivalencia se enfrentan a litigios, demandas y denuncias por copiar fragancias de las marcas más comerciales pero ¿se puede patentar un olor? ¿Es legal copiar fragancias?
Cuando el gigante de la perfumería, el grupo Puig, denunció a Saphir por competencia desleal, el juez le dio la razón a la dueña de marcas como Gaultier y Paco Rabanne. Saphir fue acusado de “publicidad ilícita y aprovechamiento de la reputación ajena”. No recriminaba el juez a la empresa que fabricase olores parecidos, sino “la explotación parasitaria de lar marcas de Puig”. Eso se traduce, si sabes leer entre líneas, que mientras no publicites que la fragancia que vendes es una “copia” de otra fragancia puedes hacer lo que te dé la gana. Hablando claro y pronto.
Tal vez la clave radica en si podemos llamar a estos perfumes de equivalencia “versiones de perfume” o debemos pensar en ellos como “copias pirata”, sea como sea la realidad es que cada día tienen más ventas y es normal, tanto por el ahorro económico como por su calidad. A mí, por lo menos, me merecen la pena.