Son numerosos los beneficios de la ortodoncia temprana en niños. Los expertos aconsejan que los niños visiten al ortodoncista a partir de los siete años, porque en esa etapa se les realizará una revisión para saber si necesitan un tratamiento de ortodoncia. La ortodoncia temprana puede corregir el crecimiento de la mandíbula del pequeño y ciertos problemas de mordida. Es importante hacer espacio entre los dientes permanentes para que estos puedan posicionarse de manera adecuada.
Realizar un tratamiento de ortodoncia temprana puede evitar extracciones de piezas y cirugía oral en edad adulta. En esta etapa los huesos de la mandíbula son más blandos y será más sencillo realizar acciones correctoras. A la edad de 7 años, los incisivos permanentes y los primeros molares permanentes deberían de empezar a aparecer. Pero es aconsejable una revisión para identificar posibles problemas en la erupción de las piezas dentales. Desde el Consejo General de Dentistas explican que «según datos de la Encuesta de Salud Oral en España 2020, el 9,7% de los niños de 12 años son portadores de ortodoncia. Esta cifra se eleva hasta el 12,6% en el caso de los adolescentes de 15 años».
Los factores que pueden alterar el desarrollo dental causando problemas en la disposición de los dientes son: la genética, chuparse el dedo durante un período de tiempo prolongado, los golpes en la cara, el uso del chupete a partir de los 3 años, etc.
¿Cómo podemos saber si nuestro hijo necesita ortodoncia?
Los dentistas de clínica dental Evalue, especialistas en tratamientos de implantes y ortodoncia, nos cuentan que existen ciertos signos o hábitos que pueden indicarnos que el pequeño necesita un examen de ortodoncia temprana:
-Alrededor de los 5 años es cuando el niño comienza a cambiar los dientes de leche por los definitivos. Pero si notamos una anomalía en este recambio, será necesario realizar una revisión por un especialista en ortodoncia infantil.
-Cuando existe dificultad para masticar o morder.
-Los dientes se encuentran desplazados u obstruidos.
-El niño se sigue chupando el dedo después de los cinco años.
-Apiñamiento en los dientes frontales con los 8 años de edad.
-Retrasos o dificultades graves en el habla.
-Sobresalen los dientes y la mandíbula está desproporcionada con el resto de la dentadura.
-Los dientes se encuentran desunidos parcial o totalmente.
¿Cuáles son los beneficios de una evaluación temprana?
Una evaluación temprana puede aportarnos grandes beneficios para la dentadura de nuestro hijo. Estos son:
-Elimina la deglución atípica.
-Acorta el tiempo de tratamientos ortodónticos.
-Guía el crecimiento de las mandíbulas.
-Redirige la erupción dental hacia posiciones deseables.
-Aumenta la autoestima.
-Ayuda a regular la anchura de los arcos dentales.
-Puede reducir o eliminar problemas del habla.
¿En qué casos se puede usar ortodoncia invisible para niños?
La estética es uno de los aspectos que más preocupa a los niños que deben someterse a un tratamiento de ortodoncia fija. A muchos niños les acompleja los brackets metálicos y, por eso, recurren a la ortodoncia invisible. Los alineadores son estéticos y previenen los problemas funcionales. Incluso, puede corregir o prevenir la maloclusión y malposición de los dientes. La ortodoncia invisible para niños ha sido diseñada para menores de 6 a 10 años con problemas de ortodoncia que todavía tienen los dientes de leche.
El niño puede recurrir a este tratamiento si su dentición es mixta, es decir, que tenga dientes de leche pero también hayan empezado a aparecer los primeros dientes definitivos, especialmente los incisivos y los primeros molares. Este tratamiento puede corregir los problemas de alineación de forma rápida, pero sin ocasionar problemas estéticos. El periodo de adaptación a la ortodoncia invisible para niños es muy cortito, ya que las férulas no causan ningún dolor. En unos pocos días se habrán acostumbrado a los alineadores y no tendrán ninguna molestia en la cara interna de la mejilla.
Esta ortodoncia es más cómoda que la ortodoncia fija, pues las férulas son removibles y permiten una mayor higiene bucodental. Los pequeños pueden quitárselo para comer, descansar o cepillarse los dientes. Antes las ortodoncias tradicionales provocaban mal aliento, porque los restos de comida se acumulaban en los brackets metálicos. A través de un escáner intraoral se examina la boca del menor y se fabrican férulas personalizadas. Este tratamiento se adapta a sus necesidades porque mediante un software informático se puede saber cómo quedará su sonrisa.
El dentista le explicará cómo colocarlos y cómo utilizarlos de forma correcta. Los padres deben saber que las férulas se cambiarán cada dos semanas para adaptarse a la nueva posición de las piezas dentales. El tratamiento no requiere prácticamente de mantenimiento pero el pequeño no puede comer con las férulas puestas y deberá evitar el consumo de bebidas azucaradas. Son fáciles de lavar, por lo que es más sencillo mantener una higiene óptima. Se recomienda limpiar las férulas a menudo con un cepillo de dientes, jabón neutro y agua tibia. Pero no hay que lavarlos con agua caliente porque podrían llegar a deformarse. No es necesario tantas visitas a la clínica y los resultados de este tratamiento empiezan a notarse solo unos meses después de la primera colocación.