La salud dental ha evolucionado notablemente en los últimos tiempos. Sin embargo, no podemos pensar que con acudir a la clínica dental y someternos a un tratamiento está todo hecho. Debemos poner de nuestra parte. Estos son algunos de los cuidados post-operarios más habituales para cuidar nuestros dientes.
Es una realidad. Algunos tratamientos dentales no surten el efecto deseado porque no seguimos las indicaciones del dentista. Un ejemplo claro es lo poco que duran los blanqueamientos dentales entre las personas fumadoras. Si después de someternos a varias sesiones de blanqueamiento dental por led continuamos fumando, el resultado obtenido nos durará unos pocos meses.
El blanqueamiento dental no deja de ser un tratamiento estético. Si no ponemos cuidado, como mucho, perdemos el dinero invertido. Pero si nos han colocado un implante dental y empezamos a tocarlo con los dedos o con la lengua, corremos el peligro de que la prótesis se caiga, y peor aún, que se infecte el implante. Con todas las repercusiones negativas que esto implica.
Los odontólogos de H.Q. Tenerife, una red de clínicas dentales presentes en la isla canaria, con una vasta experiencia en especialidades como ortodoncia, implantología y estética dental, nos indican que sin la colaboración del paciente es imposible que un tratamiento sea 100% efectivo. Estas son algunas áreas en las que, según ellos, los cuidados postoperatorios son especialmente importantes:
Implantes.
Los implantes dentales son una operación de cirugía dental que sienta las bases para poder sustituir un diente o un conjunto de dientes caídos. Lo más importante de los implantes no es la prótesis, sino el apósito sanitario de titanio o circonio sobre el que se coloca el diente artificial.
El implante, propiamente dicho, se instaura mediante la realización de una incisión en la encía del paciente. Este elemento deberá soldarse de forma natural con la estructura ósea de la mandíbula, para que la corona, o diente artificial, no se caiga y pueda hacer su función.
Aunque a día de hoy, esta operación es bastante segura, no deja de tener sus riesgos. Al abrir una hendidura en la encía, esta corre el riesgo de que se infecte con la placa bacteriana que hay en la boca. Además, esta herida debe cicatrizar convenientemente para avanzar en el tratamiento.
El cirujano maxilofacial Doctor Ferreras señala en la revista Top Doctors que el postoperatorio en implantología suele durar entre 24 y 72 horas. No es que en ese tiempo el paciente deba estar bajo supervisión clínica, pero sí debe ser estricto en seguir las indicaciones que le ha dado el especialista.
Un aspecto importante es tomar la medicación que le han recetado con las pautas que le han dicho. El cirujano habrá recetado antibióticos, antiinflamatorios y analgésicos para proteger el implante y mitigar el dolor.
Para reducir el dolor y la hinchazón deberemos aplicar compresas frías cada 20 minutos. Debemos ejercer presión sobre la zona intervenida con una gasa limpia para cortar el sangrado. En las primeras 24 horas debemos evitar enjuagarnos la boca o escupir, para no interrumpir la formación del coágulo sanguíneo que cerrará la herida en primera instancia.
Pasado ese tiempo, deberemos seguir una correcta higiene dental, pero cepillando con cuidado la zona del implante. En los primeros días, deberemos tomar una dieta blanda y fría, y evitaremos fumar y beber con pajitas. También es importante limitar el ejercicio intenso durante las primeras 48 horas.
Los primeros tres días después de la intervención son decisivos para asegurar el éxito del implante. En este tiempo se comienza a fraguar la osteointegración; es decir, la unión natural entre el implante y la estructura ósea maxilofacial. Comienza, en ese momento, la cicatrización de la herida abierta.
Férula de descarga.
Las férulas de descarga son un tratamiento para abordar el bruxismo. Un movimiento involuntario, producido generalmente por la noche, en la que el enfermo aprieta con fuerza los dientes o frota unos contra otros, produciendo erosiones graves en la dentadura. Además de un desgaste irregular y de posibles fracturas en los dientes, el bruxismo suele ocasionar daños en la mandíbula, fuertes jaquecas y dolores en el cuello y la zona del oído.
Estas férulas se fabrican en un plástico especial a medida. Partiendo de la forma concreta de las arcadas del enfermo. El paciente se las coloca cada noche al ir a dormir y se las retira a la mañana siguiente.
Las férulas, para que duren en el tiempo y conserven su eficacia, necesitan un mantenimiento adecuado. Cada 3 o 4 días, las férulas se introducen dentro de un vaso con agua fría en la que se ha disuelto una cucharada de bicarbonato. La férula ha de permanecer, como mínimo, durante dos minutos sumergida en agua.
Estas férulas no se deben cepillar nunca con pasta de dientes. Ya que pueden deteriorarse y decolorarse. El paciente tampoco deberá mascar chicle ni triturar alimentos duros con la férula puesta. Aunque el protector es resiste, no está diseñado para efectuar la función masticatoria. Su único papel es el de proteger los dientes de la presión ejercida por la arcada opuesta.
Por tanto, el paciente debe ser estricto en quitárselas y guardarlas nada más despertar. No debe moverse por la casa con ellas puestas para desayunar o para realizar las tareas de higiene corporal de primera hora de la mañana.
El bruxismo se puede tratar por medio de las férulas de descarga, pero no se puede curar. Por lo que si el paciente no sigue las indicaciones de uso, puede terminar sufriendo complicaciones dolorosas que afecten diferentes partes de la cabeza.
Mantenimiento en la ortodoncia invisible.
La ortodoncia invisible ha supuesto toda una revolución en el mundo de la ortodoncia. Más que otra cosa por la comodidad para los pacientes y por su efecto estético, pasando casi desapercibida.
Sin embargo, como señalan los Laboratorios Kin en su página web, los alineadores invisibles requieren un tratamiento específico. Tanto en su uso, en la limpieza de los dientes y en el mantenimiento de las férulas Invisalign.
Las férulas termoplásticas de la ortodoncia invisible son removibles. El paciente puede quitárselas cuando coma o beba, guardándolas en su caja. De hecho, es lo que debe hacer. No se puede comer con ellas puestas. Después de comer o beber, el paciente debe cepillarse los dientes para no acumular placa bacteriana en la dentadura. Al estar cubierta por la férula, sin entrar en contacto con la saliva, la acción de las bacterias puede resultar más agresiva que de costumbre y provocarnos caries.
Debemos limpiar todos los días los alineadores, para ello no usaremos pasta dentífrica, sino agua y jabón. En su defecto, los sumergiremos en un vaso de agua con pastillas efervescentes de uso diario.
Una vez por semana es necesario efectuar una limpieza profunda de las férulas con una solución desincrustante. De esta manera nos aseguramos de que quedan completamente limpias de bacterias, tanto por fuera como por dentro.
Para una persona que sigue este tratamiento es importante acudir a las visitas periódicas de revisión y cambiar por completo los alineadores cada dos semanas. Utilizando los últimos que le ha proporcionado el ortodoncista y olvidándose de los anteriores.
Esto es crucial, ya que los dientes se recolocan progresivamente por medio de la sucesión de férulas. Utilizar una férula antigua, cuando la clínica nos ha entregado una nueva, puede hacer que se pierdan los avances conseguidos.
Ortodoncia con brakets.
La ortodoncia tradicional u ortodoncia de brakets requiere una sincronía entre el paciente y el ortodoncista para que el tratamiento sea totalmente efectivo.
Un aspecto importante es la higiene dental. El paciente deberá cepillarse los dientes de manera meticulosa después de cada comida. Para ello utilizará un cepillo de cerdas suaves y una pasta dentífrica con flúor. Deberá cepillar alrededor de los brakets y alambres y en la línea de las encías. Para evitar que se acumulen, en estas partes, restos de comida y placa bacteriana.
Al mismo tiempo, deberá usar hilo dental específico, con un enhebrador que permita limpiar entre los dientes y debajo de los alambres. Una o dos veces al día se enjuagará la boca con colutorio bucal antiséptico, para proteger las encías de posibles inflamaciones.
Cuando los alambres producen irritación en las encías o en las mejillas, el ortodoncista puede recetar alguna especie de pomada o cera ortodóntica, que el paciente se aplicara siguiendo las instrucciones.
Durante el tiempo que dure el tratamiento, la persona que lleva el corrector dental deberá evitar los alimentos pegajosos, duros y crujientes. Es decir, no podrá chupar caramelos, mascar chicles y evitará la ingesta de ciertos snacks y frutos secos.
En su lugar, priorizará una dieta basada en alimentos blandos, con las verduras cortadas finas, para reducir el triturado en boca.
Una instrucción importante en estos tratamientos es acudir a las citas programadas con el ortodoncista para efectuar las revisiones pertinentes y realizar los ajustes necesarios en el aparato dental. De esta forma se logrará alcanzar los objetivos pretendidos sin complicaciones.
El éxito de los tratamientos dentales requiere la colaboración de los pacientes. Las instrucciones de los especialistas en salud dental nunca son por capricho.