Nunca jamás habría imaginado cuánto me podrían hacer falta ciertos objetos cuando ya no tuviera alcance a ellos, y es curioso, porque son cosas en las que jamás habría pensado. El confinamiento en España empezó con el Estado de Alarma el 14 de marzo de 2020, pero yo dejé de salir a la calle el día 13 de marzo, cuando cerró mi oficina física a las 14:30, solo una tarde más, no es mucho, o sí… según se mire.
Desde ese día hago teletrabajo y no he salido a la calle para nada, en absoluto, pues soy persona de riesgo al tener asma y cuido de mi bebé de 8 meses. Me hacen la compra en el supermercado y también en la farmacia, y ya está, nada más. Y en teoría no se necesita nada más ¿verdad? Hasta que te ves en ciertas situaciones y piensas “no es vital, no pasa nada si no lo tengo, no es importante, pero… ojalá lo tuviera”.
Velas
La primera vez que note esa falta fue hace un par de semanas, en el cumpleaños de mi padre, quise hacer una tarta casera (gracias a Dios encontré harina y levadura en el supermercado, o lo encontraron por mí). La preparé, la horneé e incluso la pude decorar con chocolate y un bote de nata montada pero ¿sabéis qué? No hubo manera de encontrar velas. Accedí a Internet, sabía que no daría tiempo a recibirlas pero quise intentarlo, y encontré incluso webs especializadas como Velas Mas Roses y, por supuesto, Amazon, y aunque hallé lo que buscaba no me atreví a comprarlo porque pensé en ese repartidor que se tendría que exponer al virus en la calle por mi culpa, porque yo quise comprar velas de cumpleaños, así que no lo hice, no las compré.
Dos días después de aquello, ya con la tarta hecha, llame a mi padre en Video Llamada por Whatsapp y con la tarta delante, bien presentera, le cantamos cumpleaños feliz sin velas. ¿Es una tontería? Sí, probablemente, ¡pero cómo las eché en falta!
Por supuesto, me había puesto de acuerdo con mi madre y ellos también tenían su propia tarta, también sin velas de cumpleaños, y celebramos los 65 años de mi padre vía online, a través de una pantalla, pero en vivo y en directo, que ya es mucho.
Pegamento
La segunda vez que pensé en lo complicado que puede volverse todo por la falta de un producto cotidiano fue pocos días después de aquello, cuando las zapatillitas de estar por casa de mi peque se separaron de la suela. Es un bebé, no tiene muchos zapatos porque no los necesita, pero el caso es que todo se le está quedando pequeño y no podemos ir a comprarle ropa, ni zapatillas, ni nada. Ya sabéis todos como crecen estos pequeñines, hoy tiene ropa y en dos semanas ya no le está. Y eso nos ha pasado a nosotros, así que no podía consentir que lo poco que sí le estaba aún, como esas zapatillas calentitas, se le estropeara. ¿Qué pensé hacer? Pues pegarlas pero… ¡sorpresa! No quedaba suficiente pegamento fuerte en casa y me temo que el de barra de manualidades, para esto, no sirve.
El pegamento fuerte es algo que sí puedes encontrar en ciertos supermercados, así que junto a la compra grande de la semana, mi mujer trajo pegamento para arreglar las zapatillas del bebé, aun así estuvo varios días con doble calcetín.
Ropa de bebé
Y todo lo anterior me lleva a pensar en la ropa de bebé. Está claro que los adultos, incluso la mayoría de niño, puede pasar sin comprar ropa durante meses pero los bebés como mi pequeña no. Y es que a ellos se les queda la ropa pequeña en un mes, y cuando además llevas usando la ropa de antes, a pesar de que algunas prendas grandes siguen estándole, la mayoría de cosas se quedan cortas.
No nos quedan camisetas, aunque sí un par de jerseys y pantalones, pero cuando hace calor hay que dejarla en body y el problema es que esos bodys también le están pequeños de tiro así que en breve tendré que dejar de abrochárselos de abajo. Y ¿de dónde podemos sacar ropa de bebé en confinamiento? Pues en las mismas webs que mandan mensajeros para traérnosla. Yo, por ahora, sigo aguantando.
¿Y queréis saber qué otras cosas no he podido comprar pero he necesitado durante este confinamiento? Pues un paraguas porque empezó a llover y la última vez se rompió el de casa lo que significaba tener que bajar al perro a hacer sus necesidades a la calle sin paraguas, mi mujer subió empapada igual que el perro…. También necesité barritas de silicona para usar en pistola caliente, folios para la impresora e incluso un Tv Box nuevo, porque si ya es difícil estar en casa tanto tiempo imaginad lo que es tener que hacerlo sin televisión….
¿Y tú, qué has echado de menos?