Los perfumes son un mundo apasionante que han captado la atención de creadores y artistas de diferentes disciplinas. Es curioso como un pequeño frasco de líquido aromatizado es capaz de difundir un determinado arquetipo de mujer o de hombre y convertirse al mismo tiempo en un objeto tan personal. Veremos hoy algunas claves que debe seguir un perfume para que triunfe.
Desde que a principios de los años 20, la diseñadora de alta costura Coco Chanel sacó la fragancia Chanel N.º 5, el perfume y la moda han caminado cogidos de la mano. Los perfumes no solo han cautivado a los diseñadores de ropa. El actor español Antonio Banderas decidió dar su salto al mundo empresarial comercializando su propia fragancia “Diábolo”.
Desde entonces, cantantes como Shakira, Katy Perry o Rihanna; actrices como Jennifer López y Jennifer Aniston; influencers como Kim Kardasian y Paris Hilton han sacado su propia línea de perfumería.
Hoy en día, no hace falta ser una celebridad para sacar un perfume. Almu Gabriel, en Madrid, decidió sacar su propia fragancia trabajando con Laboratorios Syrch, unos laboratorios cosméticos que se dedican a diseñar y fabricar perfumes por encargo.
Estas son las 4 claves necesarias para conseguir que un perfume tenga éxito en el mercado:
Diseño.
El diseño de un perfume siempre parte de una idea, de un mensaje que se desea transmitir. Sin embargo, es necesario apoyarse en perfumista para traducirlo en olores. Así lo explica la revista Vogue, que cuenta como Coco Chanel encargó al perfumista Ernest Beaux, en 1921, el diseño de Chanel N.º 5.
La idea de la diseñadora francesa era crear un perfume que funcionara como el complemento perfecto para sus vestidos. Debía ser un perfume elegante, pero al mismo tiempo, fresco y desenfadado. Era un trabajo complicado. Nunca hasta entonces se había relacionado un perfume con una línea de ropa.
El diseño de un perfume es un proceso meticuloso y creativo. En esta fase inicial, se da vida a la esencia de la fragancia, lo que determinará su identidad y su capacidad para cautivar a los consumidores. Un perfumista talentoso desempeña un papel fundamental en la concepción de la fragancia. Este profesional utiliza una amplia gama de materias primas: flores, especias, aceites esenciales y sustancias sintéticas, para crear una composición aromática única. Cada fragancia debe transmitir una historia, evocar emociones y dejar una impresión duradera en quien la use.
La creación de un perfume implica una cuidadosa selección de ingredientes, y esto comienza con la elección de las notas olfativas. Estas notas se dividen en tres categorías: notas de cabeza, notas de corazón y notas de fondo. Las notas de cabeza son las que percibes inmediatamente al aplicar el perfume, mientras que las notas de corazón se revelan después de un tiempo y, finalmente, las notas de fondo son las que perduran durante horas. La combinación de estas notas debe ser armoniosa y equilibrada, creando una fragancia que evoluciona con el tiempo y sorprende a quienes la huelan.
El diseño de un perfume también implica consideraciones técnicas. El perfumista debe comprender la volatilidad de los ingredientes, su durabilidad y cómo interactúan entre sí. El uso de fijadores y moduladores es común para garantizar que la fragancia tenga una duración adecuada en la piel y que su aroma no se desvanezca rápidamente. El equilibrio entre estas características técnicas y la visión creativa del perfumista es esencial para el éxito de la fragancia.
Marketing.
El marketing de un perfume desempeña un papel crucial en su éxito, ya que es la manera en que la fragancia se comunica y conecta con su público objetivo. La estrategia de marketing se basa en la creación de una historia convincente que rodea al perfume y en la identificación que sienten con ella sus posibles compradores. Uno de los ejemplos más notables de marketing efectivo en la industria de la perfumería es el caso de «Dolce & Gabbana Light Blue».
“Dolce & Gabbana Light Blue” fue lanzada en 2001 y se convirtió en un referente en la perfumería femenina. La campaña de marketing que acompaña a esta fragancia es emblemática, ya que presenta una historia de amor apasionada en la hermosa isla de Capri, Italia. Las imágenes de la campaña capturan la esencia de un verano mediterráneo, con aguas cristalinas, paisajes impresionantes y un romance ardiente. Este relato fue un elemento crucial de la identidad del perfume y atrajo a las consumidoras que buscaban una experiencia de lujo y un estilo de vida asociado a la marca. Era como si estuvieran contando una novela romántica, en la que la protagonista sería la consumidora.
El éxito de Dolce & Gabbana Light Blue en términos de marketing no se detuvo en su campaña publicitaria. La marca también utilizó estrategias de relaciones públicas, colaboraciones con celebridades y presencia en redes sociales para mantener una imagen de frescura y elegancia. La fragancia se convirtió en un símbolo de sofisticación y un objeto de deseo para las mujeres de todo el mundo.
El ejemplo de Dolce & Gabbana Light Blue demuestra la importancia de una estrategia de marketing sólida y coherente para establecer una conexión emocional con los consumidores y posicionarse en el mercado. Además, muestra cómo una narrativa convincente puede elevar una fragancia a un estatus icónico, convirtiéndola en un elemento esencial en la vida de quienes la usan y asociándola a una experiencia de lujo y elegancia.
Distribución.
La comercialización de un perfume es la etapa en la que la fragancia llega al público y se hace disponible en el mercado. Es esencial garantizar que el perfume esté al alcance de los consumidores y se presente de una manera que atraiga su interés. La comercialización implica una serie de decisiones estratégicas relacionadas con la distribución, la presentación y la promoción del producto.
Uno de los aspectos fundamentales de la comercialización de un perfume es la elección de los canales de distribución adecuados. Esto incluye decidir si la fragancia se venderá en tiendas minoristas, boutiques exclusivas, por internet o a través de una combinación de ambas.
La distribución selectiva es común en la perfumería de lujo, donde se eligen cuidadosamente los puntos de venta para mantener un cierto nivel de exclusividad. En cambio, los perfumes de consumo masivo suelen estar disponibles en una amplia gama de tiendas para maximizar su alcance.
La presentación del perfume también es crucial en esta etapa. El diseño del frasco, el embalaje y la etiqueta deben reflejar la identidad y el concepto de la fragancia. La botella en sí misma puede convertirse en un objeto de deseo y un elemento de colección. La caja y el embalaje exterior son la primera impresión que los consumidores tienen del producto, por lo que deben ser atractivos y transmitir la esencia del perfume.
La promoción es otra parte esencial de la comercialización de un perfume. Esto incluye estrategias publicitarias, promociones en puntos de venta y eventos de lanzamiento. Las campañas publicitarias pueden incluir anuncios en revistas, comerciales de televisión, presencia en redes sociales e internet y colaboraciones con celebridades. Los eventos de lanzamiento, como fiestas de presentación y degustaciones, pueden generar entusiasmo y permitir a los consumidores que prueben la fragancia antes de comprarla.
Un ejemplo de una estrategia exitosa de comercialización de un perfume es el enfoque global de «Dior J’adore». Una campaña tan bien organizada que se estudia en varias universidades, como la Universidad de Sevilla.
Dior aprovechó su marca de lujo y su imagen de elegancia atemporal para promocionar J’adore a nivel mundial. La fragancia se distribuyó en tiendas exclusivas de todo el mundo. Su botella dorada y su campaña publicitaria protagonizada por la actriz Charlize Theron la convirtió en un símbolo de sofisticación. La comercialización global de Dior J’adore le permitió llegar a un público diverso y establecerse como una fragancia de lujo de renombre.
Adaptarse a la evolución del mercado.
La consistencia y adaptabilidad son dos factores importantes para hacer que un perfume mantenga su éxito en un mercado en evolución constante como el de la perfumería.
La consistencia implica que la fragancia debe mantener su identidad y calidad a lo largo del tiempo. Los consumidores se familiarizan con una fragancia en particular y esperan que se mantenga fiel a lo que conocen. Los cambios drásticos en la fórmula o en la presentación pueden decepcionar a los seguidores y dañar la reputación del perfume. La historia y el concepto que hay detrás de la fragancia deben permanecer coherentes para fortalecer la conexión emocional con los consumidores.
Por otro lado, la adaptabilidad es igualmente importante. El mercado de perfumería está en constante evolución debido a cambios en las preferencias de los consumidores, las nuevas tendencias y los avances tecnológicos. Las marcas de perfume deben ser capaces de evolucionar y adaptarse al mercado. Esto supone desde sacar variaciones en los formatos de distribución de una fragancia, hasta la manera en la que transmitimos el mensaje sobre el que se articula el perfume.
Sea el perfume de una gran empresa o el de un pequeño creador, si la fragancia sigue estas reglas generales, es muy probable que tenga éxito en el mercado.